El Gobierno de Asturias ha colocado esta tarde en Castropol la primera piedra de la memoria en el occidente para recordar a Manuel Villares Arias, víctima española del nazismo que fue deportado al campo de concentración de Mauthausen, en Austria, donde murió con apenas 29 años. Con la colocación de este Stolpersteine, como se conoce este proyecto de recuperación de la memoria, el Principado lleva ya instalados 45 de los cerca de 190 adoquines previstos por la Consejería de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos
La viceconsejera de Derechos Ciudadanos, Beatriz González Prieto, y la directora general de Memoria Democrática, Begoña Collado Villa, han participado esta tarde en la instalación de la piedra de la memoria en la parroquia de Barres, donde nació Manuel Villares Arias el 1 de enero de 1913. Fue exiliado a Estrasburgo (Francia) y, desde allí, deportado al campo de concentración de Mauthausen-Gusen el 13 de diciembre de 1940, donde fue asesinado el 15 de enero de 1942.
“Es necesario conocer la historia de lo ocurrido, que el conocimiento funcione como el testigo que pasa de abuelos a padres y a hijos, pero también ser conscientes de que esto no impide que la historia se repita”, ha manifestado González Prieto. En este contexto, la vicepresidenta ha querido recordar la situación que está viviendo Gaza: “Estaríamos hablando del asesinato del equivalente a dos tercios de la población infantil de Oviedo por parte del estado israelí”, ha asegurado.
En el acto de esta tarde, que se ha desarrollado junto a la casa de Barres en la que vivió Manuel Villares Arias, han participado también el alcalde de Castropol, Javier Vinjoy Valea, familiares y representantes del Grupo Deportados Asturias. La viceconsejera ha aprovechado para ratificar “el compromiso político de recorrer durante la presente legislatura cada rincón de Asturias con el objetivo de homenajear las vidas de todos los deportados”. En la actualidad, el proyecto cuenta con una partida de 20.000 euros en los presupuestos de 2024 para colocar 110 adoquines.
El proyecto Stolpersteine comenzó en 1992 como una idea personal del artista alemán Günter Demnig para rendir tributo a las víctimas del Holocausto y mantener viva su memoria. Se trata de un fenómeno internacional que ya ha logrado instalar más de 100.000 piedras en toda Europa.
La palabra Stolpersteine significa ‘piedra en el camino que puede hacer tropezar’. Cada adoquín lleva una placa donde está grabado el nombre de la persona, su fecha de nacimiento, la fecha de deportación o arresto, y la fecha y lugar de su muerte. Suele colocarse frente al lugar de nacimiento o en el último lugar de residencia de la víctima.