El Ayuntamiento de Oviedo ha cumplido un año más con la tradición de invitar a la degustación de fresas con nata al Arzobispo y al cabildo catedralicio para celebrar la Fiesta del Corpus Christi.
Tras asistir a la Misa mayor del Corpus Christi en la Catedral de Oviedo, miembros de la Corporación municipal encabezados por el Alcalde, Alfredo Canteli, han participado en la procesión del Santísimo Sacramento. La procesión, presidida por el Arzobispo de Oviedo, Monseñor Sanz Montes, se dirigió hasta la Iglesia de San Isidoro, decorada con una alfombra floral especial que incluía el escudo del Real Oviedo, motivos referentes a la proclamación del Papa León XIV y a los “Peregrinos de la esperanza”, lema del Jubileo 2025. Niños y niñas que celebraron su Primera Comunión, junto con Cofradías, Hermandades y otras asociaciones religiosas de la ciudad, formaron parte de la procesión, acompañada por la Banda de Música “Ciudad de Oviedo”.
Tras los actos religiosos, el Ayuntamiento ofreció la tradicional degustación de fresas con nata y zumo de naranja en una comida en la Plaza de Trascorrales, a la que asistieron el Arzobispo, Monseñor Sanz Montes, el Deán de la Catedral, Don Benito Gallego, miembros del cabildo catedralicio y de diferentes instituciones religiosas.
El Alcalde, Alfredo Canteli, calificó la jornada como un día feliz, destacando la importancia de la comunión con la Iglesia y la celebración de la ciudad. Además, expresó su agradecimiento a los jugadores del Real Oviedo, especialmente a Cazorla, por su esfuerzo para lograr la permanencia en Primera división. Canteli también envió sus mejores deseos de recuperación a Juan Mesa, una figura emblemática del Real Oviedo que se encuentra hospitalizado.
Monseñor Sanz Montes afirmó que Oviedo estaba de fiesta y destacó la importancia de la unión que representa el deporte. Recordó la emoción de ver a la ciudad apoyando al equipo, resaltando los valores de lucha y nobleza que el deporte inculca.
La tradición de ofrecer fresas con nata en la Fiesta del Corpus Christi en Oviedo surgió como respuesta a la costumbre de que el Arzobispo obsequiara alcalde y concejales con caldo en el Domingo de Ramos.
