El cancerígeno benceno, así como las peligrosas partículas muestran concentraciones elevadas en Gijón/Xixón, es necesario advertir a la población el riesgo que supone el respirar para los grupos de riesgo.
Esta madrugada se alcanzó un valor de 15,5 µg/m3 de este peligroso contaminante en la estación del Lauredal. Hay que recordar que el pasado año este contaminante aumentó un 19% de media en las pocas estaciones que lo miden en el concejo. Seguimos esperando que se regule los picos de benceno, como se comprometió el Ayuntamiento hace varios meses.
El valor límite recomendado en media anual por la NR es 1,7µg/m³ (valor estimado asumiendo como riesgo aceptable) . La Organización Mundial de la Salud recomienda no exponerse a ninguna concentración de este hidrocarburo, ya que no encuentra ningún nivel de concentración de benceno en el aire por debajo del cual no se prevean consecuencias adversas para la salud, debido a su alto potencial cancerígeno.
También presenta muy malos la zona del Lauredal donde las Pm10 alcanzaron los 155 µg/m³ de Pm10 a la vez que se disparaba el benceno.
Con estos valores de contaminación de partículas, en base al Índice Nacional de Calidad del Aire, publicado en la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para las las las Pm10, toda la población puede experimentar efectos negativos en su salud y los grupos de riesgo efectos mucho más serios. Lo que se debe advertir a la población.
En la Coordinadora Ecoloxista d´Asturies hemos denunciado reiteradas veces que Gijón viene presentando de los peores datos de España en contaminación del aire por partículas en zona urbana, un suceso que se repite en los últimos años.
Las Administraciones responsables de la gestión, el ejecutivo regional y el Ayuntamiento, son los responsables de evitar -o empeorar- un caso grave de salud pública. En la actualidad, la cantidad y calidad de los estudios que demuestran cómo afecta la contaminación ambiental a la salud de las personas, al desarrollo de las funciones cognitivas en menores de ocho años y a la calidad de vida de una población, no pueden ser obviados por una clase dirigente que no adopta las medidas necesarias poniendo así en peligro a la población.
Debido a la situación de urgencia climática en la que nos encontramos, conocemos mejor, tanto las fuentes de emisión de la contaminación atmosférica, como la contribución de los contaminantes del aire a la carga mundial de morbilidad. La omisión de responsabilidades ante este problema de salud pública y la falta de un protocolo de actuación es una actitud injustificable.
Portavoz
Fructuoso Pontigo (629892624)