Según los datos oficiales que acaba de facilitar el Gobierno de Asturias en su web sobre contaminación atmosférica y calidad del aire (de acuerdo a la obligación establecida en la Directiva 2008/50/CE y el RD 102/2011), las concentraciones en el aire del cancerígeno benceno están siendo elevadísimas esta semana en Oviedo.
A pesar de la lluvia siguen disparados los valores de este peligroso contaminante en la zona de Trubia, esta semana la estación de control de calidad del aire de dicha localidad registró un valor de 22,3 µg/m³ y esta madrugada, aún lloviendo, de 12,45 µg/m³
La Organización Mundial de la Salud recomienda no exponerse a ninguna concentración de este hidrocarburo, ya que no encuentra ningún nivel de concentración de benceno en el aire por debajo del cual no se prevean consecuencias adversas para la salud, debido a su alto potencial cancerígeno.
El benceno es un compuesto orgánico potencialmente carcinogénico que, tras ser inhalado y después de exposiciones prolongadas, puede ocasionar graves efectos sobre la salud humana, ya que afecta al sistema nervioso central y a la normal producción de células sanguíneas, puede deteriorar el sistema inmunitario y dañar el material genético celular, lo que a su vez puede originar determinados tipos de cáncer (leucemia) así como malformaciones congénitas.
Hay que recordar que en Oviedo se siguen presentando los peores valores de benceno de toda Asturias, con una media anual de 2,7 µg/m³ el pasado año.
Por otra parte, Oviedo tiene los peores valores de micro partículas en forma de Pm 2,5 y óxidos de nitrógeno en forma de N02 de Asturias. Hoy mismo, incluso con el efecto amortiguador de la lluvia sobre la contaminación atmosférica, la calidad del aire registrada en la estación de Ventanielles no pasa de ser regular debido a las micropartículas en suspensión.
Las administraciones responsables de la gestión de la calidad del aire (el gobierno regional y el Ayuntamiento) son las responsables de evitar -o empeorar- un caso grave de salud pública como este. En la actualidad, la cantidad y calidad de los estudios que demuestran cómo afecta la contaminación ambiental a la salud de las personas, al desarrollo de las funciones cognitivas en menores de ocho años y a la calidad de vida de una población, no pueden ser obviados por una clase dirigente que no adopta las medidas necesarias, poniendo así en peligro a la población.
Debido a la situación de urgencia climática en la que nos encontramos, conocemos mejor, tanto las fuentes de emisión de la contaminación atmosférica, como la contribución de los contaminantes del aire a la carga mundial de morbilidad. La omisión de responsabilidades ante este problema de salud pública y la falta de un protocolo de actuación es una actitud injustificable,
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