Lograr una educación libre de sesgos y estereotipos de género, una escuela que erradique cualquier tipo de violencia sexista y desigualdad. Esa es la ruta que se ha marcado el Gobierno de Asturias para avanzar hacia una sociedad plenamente igualitaria. “La coeducación es el camino para dibujar la puerta violeta que nos lleve hacia una igualdad real”, ha defendido el presidente, Adrián Barbón, durante el acto institucional del Día Internacional de las Mujeres.
El Principado lleva años trabajando en el plan Coeducastur, que se extenderá a 80 colegios de Primaria para promover una sociedad más justa desde las aulas. Por ello, el Ejecutivo ha querido reconocer varios ejemplos pioneros en Asturias. En el acto se ha distinguido el trabajo y compromiso de Silvia González, directora hasta hace muy poco de la escuelina de Proaza, que llevó la educación en igualdad a la más tierna infancia. También a los IES Doña Jimena, de Gijón, y Escultor Juan de Villanueva, de Siero, por su labor en uno de los momentos más vulnerables de la etapa educativa: la adolescencia. Por último, se ha reconocido al Colegio San Cristóbal, de Avilés, que desde el germen del plan de coeducación se ha volcado para que la igualdad llegue también a la educación especial.
“Seguiremos avanzando en nuestro pionero programa con la aspiración de que llegue a todos los centros y a todas las etapas educativas, pero la coeducación en Asturias es una realidad y nuestras distinciones de hoy son prueba de ello”, ha subrayado el presidente.
Durante su intervención en el acto, celebrado en el teatro Palacio Valdés de Avilés, Barbón ha hecho también un llamamiento a la unidad «para hacer de Asturias un dique de contención contra el machismo y la involución”. Además, ha tendido la mano a todas las fuerzas parlamentarias y a la sociedad asturiana en su conjunto para alcanzar un gran pacto por la igualdad entre hombres y mujeres, para lograr, como señala el lema institucional de este año, esa Igualdad de una vez, por todas.
Esta ha sido su intervención íntegra:
Mis primeras palabras tienen nombre propio. Karilenia Charles González, asesinada por su pareja en ese vil registro que muestra la cara más atroz de la desigualdad. Sirva este acto para recordarla, a ella y a las 1.296 mujeres que no están entre nosotras por ese machismo que invisibiliza, somete, golpea, viola y mata.
Solo podremos celebrar un feliz 8M cuando no falte ninguna, cuando, como dice el lema elegido este año, consigamos la igualdad de una vez, por todas. Porque estamos hartas de leer necrológicas, de discriminaciones, de las agresiones sexuales que viven las mujeres de todos los rincones del mundo, de todas las edades y clases sociales. ¡Basta ya!
No pocas veces me sorprendo enredado en cavilaciones tratando de encontrar el modo de dibujar esa puerta violeta que dé paso a la igualdad real. Puede que muchos lo consideren una utopía, yo diría que es una utopía realista. Estoy convencido de que ese día llegará, y será gracias a las feministas.
Porque si hoy las mujeres pueden votar es gracias a una feminista, si pueden divorciarse y vivir sin la tiranía de la tutela patriarcal se lo debemos a la lucha de las mujeres, y, algo fundamental, si pueden estudiar e ir a la universidad es porque hubo mujeres, como vosotras, que pelearon para ello. En esas casualidades que nos ofrece la historia, fue también un 8 de marzo, en este caso de 1910, cuando en nuestro país se firmó el decreto que permitía que ellas -la mitad de la población, no lo olvidemos- pudieran acceder a los estudios superiores.
Somos herederas de sus logros. Ahora nos toca dar un paso más para que esa educación esté, además, libre de sesgos y estereotipos, para que construya ese mundo igualitario que anhelamos. Os garantizo que el Gobierno de Asturias sabe que la coeducación es el camino a nuestra puerta violeta.
El objetivo de este 8M es avanzar hacia un modelo de escuela que ayude a prevenir cualquier tipo de violencia sexista y atajar hasta el más mínimo resquicio de desigualdad. Necesitamos crear referentes en todos los ámbitos, para que quien quiera ser astronauta, futbolista o chef tenga ejemplos de hombres y mujeres. Como dijo Simone de Beauvoir: no se nace, se hace.
Por eso os aseguro que seguiremos avanzando en nuestro pionero programa Coeducastur, con la aspiración de que llegue a todos los centros y a todas las etapas educativas. Hoy, precisamente, hemos anunciado que se han doblado las expectativas y se extenderá ya a 80 colegios de primaria para promover una sociedad más justa desde las aulas. Gracias vicepresidenta, Gimena Llamedo, y consejera de Educación, Lydia Espina, por hacer de la coeducación nuestra marca de calidad de igualdad.
La coeducación en Asturias es una realidad y nuestras distinciones de hoy son prueba de ello.
Gracias de corazón a Silvia González, directora hasta hace muy poco de la escuelina de Proaza. Llevaste esta educación en igualdad al momento más oportuno, a la más tierna infancia.
Los IES Doña Jimena, de Gijón, y Escultor Juan de Villanueva, de Siero, también recibís este reconocimiento por el trabajo en uno de los momentos más vulnerables de la etapa educativa: la adolescencia.
Y gracias también al Colegio San Cristóbal de aquí, de Avilés, que desde el germen del plan de coeducación se ha volcado para que la igualdad llegue también a la educación especial.
Hoy más que nunca necesitamos vuestros ejemplos. Aprendamos de vuestro trabajo bien hecho y, con un movimiento feminista unido y el compromiso decidido del Gobierno del Principado, hagamos de Asturias un dique de contención contra el machismo y la involución.
Porque la corriente reaccionaria no está varada al otro lado del océano con la amenaza de Trump y Milei. Está también aquí con la manosfera, con esos influencers, que difunden mensajes propios del pasado más rancio y que, sin embargo, calan. Está cada vez más presente en nuestro discurso público, incluso en las declaraciones de numerosos políticos. No nos creamos a salvo: la reacción también acecha en Asturias.
Frente a esa amenaza, el Gobierno del Principado seguirá trabajando por la igualdad. Continuará atendiendo a las víctimas en los Centros Asesores de la Mujer, en la Casa Malva, en el Centro de Crisis para víctimas de agresiones sexuales y en cuantos recursos sea necesario poner en marcha. Contra el negacionismo, plantaremos cara a todo tipo de violencia, incluida la prostitución y, para ello, seguiremos desplegando la Estrategia para la Abolición de la Prostitución y la Trata.
Está mucho en juego, hasta el propio sistema de valores que compartimos. Desde aquí tiendo la mano a todas las fuerzas parlamentarias y la sociedad asturiana en su conjunto para alcanzar un gran pacto por la igualdad entre hombres y mujeres.
Defiendo que la Igualdad es una auténtica política de estado porque los valores feministas han de ser patrimonio común de las personas demócratas. Por eso celebro que hace apenas unas semanas, el Congreso de los Diputados haya renovado el Pacto contra la Violencia de Género. Quien elige quedar fuera de ese consenso se retrata, descubre su rostro de intolerancia y machismo.
Termino ya porque este día es vuestro, no sin antes dar las gracias a una de esas feministas esenciales en Asturias. Gracias alcaldesa, Mariví Monteserín, por tu incansable lucha por los derechos de las mujeres y por acogernos en este espacio maravilloso que es el Teatro Palacio Valdés.
Cuántas historias de desigualdad habrán presenciado estas tablas y estas butacas. Hoy, sin embargo, escribimos una en la dirección opuesta, una que nos lleva hacia esa igualdad de una vez, por todas.
