La siniestralidad en carretera entre motoristas continúa en aumento y se ha convertido en un grave problema de seguridad vial. Así lo advierte la Fundación Línea Directa en su informe “Accidentalidad, lesividad y percepción en los motoristas españoles (2014–2023)”, elaborado en colaboración con Centro Zaragoza. El estudio revela datos preocupantes tanto a nivel estatal como en Asturias, donde se registraron 86 motoristas fallecidos y más de 4.500 heridos en los últimos diez años, de los cuales 541 requirieron hospitalización.
Durante el periodo analizado, los accidentes mortales con motocicletas implicadas crecieron un 74%, un incremento muy superior al registrado en turismos, que fue del 21%. En Asturias, estos siniestros suponen el 1,9% del total, una cifra superior a la media nacional (1,3%).
El perfil más común de motorista fallecido es el de un hombre de entre 40 y 50 años, que sufre una salida de vía en carretera interurbana durante el fin de semana, especialmente en el mes de julio. Las causas más frecuentes en este tipo de siniestros incluyen el exceso de velocidad (presente en el 29% de los casos), la ausencia de casco (12%) o la conducción sin permiso en vigor (8%). En 2023, más de la mitad de los motoristas fallecidos (53%) dieron positivo en alcohol, drogas o psicofármacos.
El estudio también pone el foco en las infracciones: las sanciones a motoristas han crecido un 30% en la última década, superando los 1,1 millones. Las más comunes son circular sin ITV (29%), exceso de velocidad (17%) y falta de seguro (14%).
Aunque la mayoría de los motoristas muestran un alto grado de concienciación —el 98% afirma usar siempre el casco y el 83% complementos de seguridad como guantes o chaquetas especiales—, aún hay comportamientos de riesgo. En Asturias, el 28,4% admite superar los límites de velocidad y el 17,3% reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol.
En cuanto a medidas preventivas, el 85,8% de los motoristas asturianos apoya la exigencia de un curso de formación previo a obtener el carné de moto para conductores de coche, el segundo porcentaje más alto de todo el país. También se reclama con fuerza la mejora del estado de las vías, la eliminación de elementos peligrosos como guardarraíles inseguros y la adecuación de la infraestructura a las necesidades de las dos ruedas.
“Nos preocupa especialmente la elevada siniestralidad que vienen registrando los motoristas en los últimos años. Hay que ser conscientes de su vulnerabilidad y tomar medidas urgentes”, señala Mar Garre, directora general de la Fundación Línea Directa.