Un estudio pionero liderado por el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha demostrado que la telemedicina puede revolucionar el tratamiento de la insuficiencia cardiaca, una enfermedad crónica común con gran impacto en el sistema de salud. Este ensayo ha revelado que la combinación de telemonitorización y teleintervención reduce significativamente los episodios de descompensación en un 70% y la mortalidad cardiovascular en un 54% en pacientes con esta condición.
Los resultados del proyecto HERMeS, publicados en la prestigiosa revista The Lancet Digital Health, muestran el éxito de esta iniciativa. El estudio, liderado por el Hospital Universitario de Bellvitge, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Cardiovasculares (Cibercv), se llevó a cabo entre 2018 y 2022 e incluyó a 506 pacientes de diez centros hospitalarios, con Asturias aportando casi el 10% de los participantes.
Los pacientes fueron divididos en dos grupos, uno recibió tratamiento convencional y el otro utilizó una plataforma móvil para telemonitorización diaria y videoconferencias con los equipos médicos. Los resultados fueron contundentes: el grupo que utilizó telemedicina experimentó una reducción significativa en el riesgo de eventos cardiovasculares, hospitalizaciones y reingresos en comparación con el grupo convencional.
Este avance ha llevado a la conclusión de que la incorporación de tecnologías de telemedicina en las guías clínicas para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca es crucial, especialmente para pacientes vulnerables. El modelo demostrado es seguro, escalable y mejora la calidad de vida de los pacientes, aliviando la carga del sistema de salud.
La Consejería de Salud está trabajando en la implementación de un sistema de monitorización remota para casos de insuficiencia cardiaca en centros hospitalarios y de Atención Primaria en Asturias, aprovechando la experiencia y resultados exitosos del estudio HERMeS. Esta tecnología ayudará a reducir la recurrencia hospitalaria, mejorar la calidad de vida de los pacientes y optimizar el uso de recursos sanitarios.