El salón de plenos del Ayuntamiento de Oviedo ha acogido, esta mañana, la ceremonia de nombramiento como Hijo Adoptivo de la Ciudad de Oviedo al maestro judoca Shu Taira, un acto presidido por el Alcalde, Alfredo Canteli, al que también han asistido miembros de la Corporación municipal y familiares y amigos del galardonado.
El Alcalde ha comenzado su intervención felicitando al Maestro “por este merecido reconocimiento que hace oficial lo que ya sabían aquellos que tienen la suerte de conocerte: Que, a pesar de haber nacido a miles y miles de kilómetros de aquí, eres un ovetense más. De adopción, sí, pero sobre todo, de corazón. Es normal que, después de sesenta años afincado en Oviedo, sientas esta ciudad como tuya. Una ciudad que te acogió con los brazos abiertos y que te lo ha dado todo: Aquí desarrollaste tu brillante trayectoria deportiva y profesional. Y aquí conociste a tu mujer, Ángela, quien, si no me equivoco, tuvo mucho que ver en tu decisión de establecerte definitivamente en Oviedo. Tu intención, si no estoy mal informado, era pasar solo unos meses en Asturias, antes de mudarte a París. Pero te quedaste por amor, a tu mujer y también a esta ciudad”.
El regidor ha recordado: “Era el año 1967 y, desde entonces, ha sido mucho lo que nos has regalado y mucho lo que has representado para varias generaciones de ovetenses. Sé que no te gusta que te consideren el ‘padre’ del judo en Asturias, pero lo cierto es que tu contribución a esta disciplina, y a las artes marciales en general, es absolutamente indiscutible. No tengo la menor duda de que el judo no sería, hoy en día, ni remotamente parecido sin tu valiosa labor. En tu caso, además, no solo importa lo que has hecho, sino también cómo lo has hecho. Tu talento es admirable, pero lo son todavía más los valores que siempre has tratado de inculcar a tus alumnos, así como la entrega y el compromiso que le has brindado a este deporte; al que le has dedicado toda tu vida. Quienes lo practican saben que el judo es respeto, nobleza y elegancia. Pero también humildad y sacrificio. Pues todo eso, y mucho más, es lo que tú representas”. Canteli ha puesto un ejemplo: “Al Maestro Shu Taira siempre le preocupó la promoción del judo entre las mujeres y, por eso, impartió clases mixtas desde el principio. En la actualidad, puede parecer una anécdota de poco calado, pero hay que tener en cuenta que, hace cincuenta años, era algo impensable, no solo en el deporte, sino también en otros ámbitos de la sociedad. Lo que revela las fuertes convicciones que siempre ha defendido Shu Taira. Eres, qué duda cabe, un ejemplo a seguir para todos y una fuente de inspiración para aquellos que han tenido la fortuna de cruzarse en tu camino. Y, como Alcalde de Oviedo, añado algo más: Eres un orgullo para la ciudad y para los ovetenses. No solo a nivel deportivo, donde has llegado, literalmente, a lo más alto; donde solo llegan unos pocos elegidos. Y donde has entrenado a los mejores judocas asturianos, con medallas a nivel nacional e internacional. Sino también por tu sentido del deber, del esfuerzo, de la entrega y de la dedicación, que ha marcado constantemente tu vida y tus clases. Y, por supuesto, por tu determinante contribución para estrechar los lazos que siempre han unido a Oviedo con Japón y con la cultura japonesa, a pesar de las grandes diferencias que nos separan. Me reconforta saber que, a lo largo de estos años, has ido plasmando en tus libros tu gran legado. Un legado de trabajo y de sabiduría que espero, y deseo, que siga guiando a las generaciones venideras de ovetenses cuando tú ya no estés. Maestro Shu Taira, sabes que este nombramiento fue propuesto por la sociedad civil de Oviedo, lo que prueba el gran cariño que te profesa, desde siempre, esta ciudad. Y que hoy se eleva aún más, nombrándote Hijo Adoptivo, como muestra de nuestro sincero agradecimiento. Por tu talento, del que hemos disfrutado durante tantos años. Por tu humildad y tu cercanía, que has sabido transmitir a todos tus alumnos. Por tu compromiso con los valores más nobles del deporte. Y, en definitiva, por defender y respetar a esta ciudad, como si hubieses nacido en ella”.
Yoko Taira, la hija del Maestro, ha agradecido, en nombre de su padre, el título con un emotivo discurso en el que ha recordado cómo ”Papá, llegaba todas las noches del gimnasio Takeda y nos abría la puerta de la habitación para darnos un beso en la frente y desearnos en su idioma materno buenas noches. Para mi hermano y para mí y para todos los que le saludaban por la calle, siempre tuvo respeto absoluto por mi decisión de vida, nada ortodoxo, de dedicarme a la danza. Nunca hubo una duda o impedimento para que no pudiera perseguir mi sueño. Viajes continuos a Madrid para poder visitarme cuando yo tan solo tenía 13 años y seguir apoyándome en mi pasión, porque él también es un hombre de pasión. Dejó su país natal para perseguir nuevas experiencias y seguir formándose, sin saber que el amor de su vida le estaba esperando en Oviedo. Y lo que en un principio era un viaje de ida y vuelta, Vetusta lo tornó en una bella aventura, en un nuevo comienzo, abandonando una carrera prometedora en la interpretación para formar una familia. Y aquí, en este nuevo hogar, se desvivió por estudiar y enseñar lo que también había aprendido en Japón, el Judo, y los valores de este arte marcial que le han acompañado y le siguen acompañando cada día. Gracias papá por dedicarnos tu vida a todos los que te rodeamos y gracias Oviedo por acogerle con tantísimo cariño y respeto”.
El homenajeado ha confesado: “No sabía nada de esto, ni siquiera por qué tenía que ponerme traje y corbata”. Lo que sí ha aclarado es que “Oviedo es mi segundo país natal, mi querida ciudad. Estuve aquí con mi mujer Ángela. Ella no está ahora con nosotros pero sí mirando desde ahí arriba. No sabía que iba a llegar hasta aquí, en España, el país de Cervantes. Muchas gracias, Oviedo”.
El maestro judoca Shu Taira ya es Hijo Adoptivo de Oviedo
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