La empresa solicita ampliar de las 20.000 toneladas/año de residuos que incinera en la cementera de Aboño a 100.000 toneladas/año de residuos en la actual contaminante cementera.
Hay que recordar que en el radio de 15 kilómetros de la cementera viven más de 400.000 personas que se van a ver seriamente afectadas por las emisiones producidas en la incineración de estos residuos. La cementera va a ganar más dinero a cuenta de contaminar a todos los vecinos de su entorno, porque por quemar residuos le pagan para incinerarlos, mientras que el combustible que usa ahora lo tiene que pagar.
La incineración de residuos es una fuente importante de contaminación atmosférica. Se liberan a la atmósfera gases tóxicos como dioxinas, furanos, mercurio y bifenilos policlorados, además la quema de cloruro de polivinilo libera halógenos peligrosos. Las sustancias tóxicas liberadas suponen una amenaza para la vegetación, la salud humana y animal y el medio ambiente en su conjunto, incrementando aún más su toxicidad al ser incinerados.
Hasta ahora la cementera tenía permiso para incinerar diversos residuos muy contaminantes por su variada contaminación. Neumáticos y gomas, Residuos pesados de fragmentación de vehículos, fundamentalmente plásticos de automóviles, con un contenido significativo en cloro. Combustible Sólido Recuperado (CSR), Fragmentos de ánodos, Revestimientos y refractarios a partir de carbono, procedentes de procesos metalúrgicos.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático señala como medida para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector industrial, la reutilización y reciclado de materiales y no su incineración. Este enfoque se mantiene en el texto de la Estrategia española de lucha frente al cambio climático. Dentro de la política comunitaria en materia de residuos, la jerarquía para la gestión es: prevención, reducción, reciclaje, valorización material, y como última opción, la incineración/eliminación. En este orden, y de acuerdo a la reciente postura de la Corte Europea de Justicia, la incineración –con o sin valorización energética– deberá tener la misma consideración que la eliminación, es decir, la última opción en la jerarquía.
Hay que recordar que en la actualidad las instalaciones de control de la contaminación del entorno de la cementera presentan valores elevados de forma constante y todas ellas superaron los valores límite recomendados por la OMS, la que hay en Xivares pegada a la cementera presenta de los peores datos de Asturias.
La evidencia científica no sugiere ningún umbral por debajo del cual no se prevean efectos adversos a la salud tras la exposición a la contaminación. Aún por debajo de los niveles de calidad de aire considerados como seguros por la legislación ambiental, las partículas se asocian con efectos nocivos sobre la salud, por lo que la OMS recomienda reducir todo lo posible la exposición a las mismas. Es muy grave que se quieran quemar residuos con el grave impacto que supone sus emisiones para la salud.