La película «Llumeres. Mina y vida a la mar», de Pablo A. Quiroga Prendes seleccionada en el Festival Internacional de Cine y Memoria Compartida será proyectada en Nador este viernes.
El viernes 8 de noviembre a las 16:45 Pablo A. Quiroga Prendes presentará su última película en el Complejo Cultural de Nador, Marruecos.
Cineasta y gestor cultural, dirige la productora Algamar Producciones desde la que realiza trabajos en diversos ámbitos culturales. Apasionado por la labor documentalista ha firmado películas relacionadas con la historia de la educación en Asturies, que forman parte de los fondos del Museo Etnográfico de la Escuela Rural de Asturias, o relacionadas con historias colectivas y con personajes y paisanajes asturianos.
Su último trabajo, Llumeres. Mina y vida a la mar, realizado con la colaboración de la asociación cultural de amigos del patrimonio cultural de Bañugues El Curbiru, explora la historia de la mina de hierro de Llumeres, situada en la ensenada costera de Gozón y que fue en su día la principal mina de hierro de la Península Ibérica. Activa desde el siglo XIX hasta 1967, transformó de manera profunda no solo el paisaje costero, sino también la vida de quienes dependían de ella.
Este documental, revela, a través de los testimonios de antiguos mineros, sus familias y vecinos, revela cómo la minería en Llumeres afectó el bienestar físico y emocional de los trabajadores y las relaciones de la comunidad, marcadas también por el contexto de ahogo social propios de la de guerra civil y posguerra. Es la oportunidad que tuvieron muchos de los protagonistas de expresar con libertad los miedos y tensiones que les acompañaban en aquellas épocas de represión y control.
La mina de Llumeres, situada junto al mar, se extiende hasta las profundidades marinas con galerías de hasta 400 metros, lo que la hace única en comparación con otras explotaciones mineras de la región.
Este rasgo geológico y geográfico generaba en los mineros un miedo constante a que el agua del mar irrumpiera en las galerías, poniendo en riesgo sus vidas. Esta amenaza latente de inundación se suma al impacto ambiental de la explotación en la biodiversidad y los ecosistemas de la zona. Las aguas del mar, teñidas de color sangre, parecían ser premonición de las alteraciones equilibrio ecológico de la costa, que provocó la intervención y explotación industrial, afectando tanto a las especies marinas como a las comunidades que dependían del mar.
El documental invita a reflexionar sobre cómo la actividad industrial no solo transformó el entorno natural de Llumeres, sino que también dejó cicatrices en la vida de sus habitantes, cuyas historias nos recuerdan la importancia de encontrar un equilibrio entre desarrollo y conservación ambiental.
En el marco del festival en Nador, donde se reflexiona sobre el vínculo entre el bienestar humano y la preservación de los derechos y del entorno, Llumeres. Mina y vida a la mar invita a una reflexión profunda sobre el papel de la memoria y de la dignidad en la construcción de una sociedad justa. A través de su narrativa, el documental muestra cómo la historia de Llumeres es también la historia de resistencia, de identidad y de humanidad de una comunidad que, pese a las dificultades, encontró en el mar un espacio de libertad y en sus recuerdos una fuerza inquebrantable para preservar su dignidad.