Veinticuatro años después, el Real Oviedo vuelve a estar donde siempre debió estar. El club azul ha conseguido el ansiado ascenso a Primera División, poniendo fin a una travesía que incluyó el infierno de Tercera, el abismo económico, la lucha por no desaparecer y la resurrección desde las entrañas del fútbol modesto. La victoria en el playoff pone el broche de oro a una historia de supervivencia, orgullo y fidelidad.
Desde el descenso de la temporada 2000-2001, el Oviedo se sumió en una caída libre marcada por la inestabilidad y las deudas. El punto más bajo llegó en 2003, cuando la entidad fue arrastrada a Tercera División por impagos. Fue entonces cuando comenzó la etapa más dura de su historia: viajes por campos de tierra, vestuarios sin luz, desplazamientos en autobús con bocadillos pagados por la afición. Era la época del “Orgullo Azul”, un eslogan que pasó de ser una frase a convertirse en forma de vida.
Jugadores como Curro, Diego Cervero, Darío Aliaga, Xavi More, Jorge Perona, Aitor Sanz, Manu Busto, Esteban y David Fernández se convirtieron en leyenda del oviedismo no por títulos, sino por encarnar la resistencia.
Aquel espíritu permitió mantener viva la llama hasta la llegada de inversores que devolvieron la estabilidad. Primero con la entrada del Grupo Carso, liderado por Carlos Slim, que rescató al club en 2012 tras una histórica campaña de micromecenazgo de la afición. Luego, desde 2022, con el Grupo Pachuca, que tomó el control del club con una visión de futuro clara: devolver al Real Oviedo a Primera con un modelo sostenible, profesionalizado y con cantera.
El camino no ha sido fácil. Durante casi una década en Segunda División, el Oviedo vivió altibajos, temporadas ilusionantes frustradas en el tramo final y varios cambios de entrenador y dirección deportiva. Pero también fue construyendo las bases de este éxito: jugadores como Toché, Linares, Christian Fernández, Michu, Saúl Berjon o Borja Sánchez, han sido nombres clave en el camino de vuelta.
La afición, que nunca falló, es la gran protagonista. Llenaron el Tartiere en los peores años, viajaron por todo el país y levantaron al club cuando parecía imposible. Hoy, esa fidelidad ha sido recompensada.
El Real Oviedo está de vuelta en Primera. Y lo hace con una historia que trasciende lo deportivo. Es la historia de un club que se negó a desaparecer, que fue capaz de levantarse desde lo más bajo y que hoy, con justicia, vuelve a ocupar su lugar en la élite. Asturias y el oviedismo lo celebran. Y con razón: el Oviedo ha vuelto y como un huracán.