Adrián Barbón: “La industria agroalimentaria tiene que ser, y lo será por derecho propio, un puntal de la nueva economía asturiana”

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El presidente del Principado ha asegurado hoy que la industria agroalimentaria “será por derecho propio” un puntal de la nueva economía asturiana. Adrián Barbón, que ha participado en Noreña en la inauguración de las nuevas instalaciones de la Asociación de Investigación de Industrias Cárnicas del Principado (Asincar), ha valorado el “enorme potencial” de este sector económico, que cuenta con más de 640 empresas y genera 7.500 empleos en la comunidad.

“El Gobierno del Principado está plenamente seguro del valor de esta industria. De ahí que forme parte de nuestra Estrategia de Especialización Inteligente y que esté incorporada al programa de las Misiones Científicas”, ha señalado.

El jefe del Ejecutivo ha afirmado que Asturias ha avanzado mucho en los últimos años para participar en la competición global por el talento y el crecimiento tecnológico: “No ha dejado de pisar el acelerador para contar con un ecosistema investigador e innovador competitivo”. En este sentido, ha aludido a la creación de la Consejería de Ciencia, a la constitución de la Agencia Sekuens y al incremento de los centros de I+D+i, que han pasado de dos a catorce.

Además, ha pedido el máximo consenso para el trámite parlamentario de la Ley de Ciencia y ha recordado que este mismo año se aprobará el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación, entre cuyos objetivos figura el incremento de centros e instituciones comprometidas con el fortalecimiento del ecosistema científico asturiano.

Durante su intervención, Barbón también ha destacado la labor de Asincar en el campo de la I+D+i, en el que desarrolla herramientas para la reducción de emisiones en la industria, al tiempo que avanza hacia la alimentación personalizada mediante la incorporación de tecnologías digitales y big data. La asociación cuenta en la actualidad con 90 asociados procedentes de empresas cárnicas y asesora a más de 350 empresas agroalimentarias, mayoritariamente pymes y micropymes.

 

Inauguración del laboratorio agroalimentario y las nuevas oficinas de la Asociación de Investigación de Industrias Cárnicas (Asincar)

Agradezco que me hayan invitado a recorrer los nuevos laboratorios de Asincar por muchas razones. Entre otras, porque al preparar esta breve intervención he tenido la oportunidad de conocer a Watson.

Watson, como el doctor que acompaña a Sherlock Holmes, es un detective. En este caso, un dispositivo que permite identificar la autenticidad de la miel del Principado, que tiene Indicación Geográfica Protegida. Portátil y fácil de usar, nuestro investigador tecnológico ya ha demostrado su utilidad para detectar y evitar el fraude. Con su ayuda, ante un producto de altísima calidad siempre podremos decir: elemental, querido Watson, es miel de Asturias.

También he hecho otro descubrimiento. He sabido que la magaya, tal como suena, la despreciada magaya de la manzana, puede transformarse en un snack, un tentempié saludable, rico en fibra, antioxidantes y vitaminas. Vamos a tener que pensar en quitar la acepción peyorativa a la palabra y empezar a emplearla como elogio.

He escogido esos ejemplos, dos proyectos sobre los que trabaja Asincar, porque son muy reveladores y, probablemente, grandes desconocidos. Demuestran hasta qué punto es importante mantener el apoyo a ese polinomio que se llama I+D+i, como están haciendo esta asociación y el Gobierno del Principado.

Cito a las dos partes porque son una muestra de buena colaboración público-privada, un camino que vamos a continuar ensanchando toda la legislatura porque es una de las sendas de futuro para nuestra comunidad autónoma. Juntos, las empresas y el Gobierno del Principado estamos convirtiendo la innovación, la investigación y el desarrollo tecnológico en una de las señas de la realidad económica de Asturias.

En ese contexto, este acto tiene una importancia especial. Estamos acostumbrados a asociar la innovación con la revolución de los medios de transporte, las tecnologías de la información o la exploración aeroespacial, por citar tres supuestos habituales. Esta visita nos recuerda que no hay espacios exentos o vedados al conocimiento científico, que la investigación lo ilumina todo y que, en concreto, la industria agroalimentaria, con más de 640 empresas y 7.500 empleos, reúne un enorme potencial.

Hay que sacar esa fortaleza a la luz.

Que se sepa que Asincar está contribuyendo a la reducción de emisiones del sector alimentario, clave para su desarrollo.

Que se conozca que estas instalaciones están a la cabeza del país y son comparables a las que pueda tener el Centro Nacional de Tecnología Agroalimentaria. Tanto, que este centro se ha hecho indispensable para desarrollar gran parte de los proyectos del Principado en este campo.

Que se difunda que Asincar también ha incorporado el uso de tecnologías digitales y el big data para avanzar hacia la alimentación personalizada, una meta de la que oiremos hablar cada vez más los próximos años. Hagámonos a la idea de que en poco tiempo nos podrán recomendar pautas dietéticas adaptadas a nuestra salud y nuestro perfil genético.

Ayer participé en la rúbrica de los convenios del programa Leader. Aproveché la ocasión para destacar que no se puede concebir el porvenir de Asturias sin el medio rural y pesquero. Esta visita me reafirma en esa convicción. La industria agroalimentaria tiene que ser, y lo será por derecho propio, un puntal de la nueva economía asturiana.

El Gobierno del Principado está plenamente seguro de su valor. De ahí que forme parte de nuestra Estrategia de Especialización Inteligente y que esté incorporada al programa de las Misiones Científicas.

Somos conscientes de que Asturias, como cualquier comunidad que se precie, tiene que participar en la competición global por el talento y el crecimiento tecnológico. En muy pocos años hemos avanzado muchísimo. Desde la decisión de crear una consejería específica a la constitución de la Agencia Sekuens, la multiplicación de dos a catorce centros de I+D o la próxima Ley de Ciencia -para la que pido el mayor consenso posible-, Asturias no ha dejado de pisar el acelerador para contar con un ecosistema investigador e innovador competitivo.

En este campo, las prisas están justificadas porque no tenemos tiempo que perder. Aquí, quien se duerme o se hace el remolón, fracasa. De ahí que ya estemos trabajando para dar otro paso más: la aprobación, este mismo año, del Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación.  Precisamente, uno de sus objetivos será aumentar el número de instituciones y centros, tanto públicos como privados, comprometidos en el fortalecimiento del ecosistema científico asturiano.

Tengo que reconocer públicamente que Asincar ya lo está. Es un agente consolidado e insustituible que ahora verá reforzada su capacidad con estas instalaciones de vanguardia. Por eso, esta visita, más que un acto inaugural, es un recorrido hacia el futuro, hacia ese prometedor horizonte que espera a la industria agroalimentaria.

Muchas gracias por su compromiso y pueden estar seguros de que siempre contarán con el respaldo del Gobierno de Asturias.

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